MITOS
Leyenda de Coniraya
y Cahuillaca.-
Esta leyenda trata de explicar el
origen de las Islas de Pachacamac, según la versión de Francisco De Avila en la
página 101 de su obra “Informaciones acerca de la Religión y Gobierno del
Perú”.
Cuéntase que había un dios llamado Coniraya, que era el creador de todas las
cosas que acostumbraba vestir en traje de indio pobre y andrajoso, muy dado a
hacer tretas y burlas a las demás huacas. Por entonces había una doncella muy
hermosa llamada Cawillaca, que era muy pretendida por todos y ella no quería
condecender con ninguno. Coniraya, que era muy astuto, se convirtió en un lindo
pájaro yendo a posarse sobre un lúcmo al pie del cual tejía la bella diosa.
Coniraya tomó su simiente generativa, echóle en un fruto muy maduro y lo dejó
caer cerca de Cawillaca, quien al verlo tan apetecible lo comió. A los nueve
meses parió un hijo del que no sabía quien era el padre. Al año llamó a todos
los dioses para investigarlo; propuso que el niño se dirigiría a “gatas” al que
fuera su padre; en efecto, todos elegantemente vestidos acudieron a la cita y
formaron una rueda esperando ser elegidos, pero, ante la sorpresa de todos el
hijo se encaminó al encuentro de Coniraya, que al caso se encontraba vestido de
harapos. La diosa burlada y ofendida en su orgullo, cogió a su hijo y en
apresurada huida de dirigió hacia el mar. Entonces Coniraya se vistió con sus
mejores galas quedando convertido en un hermoso príncipe y siguió a Cawillaca
pretendiendo ser visto v admirado por ella, pero la diosa no volvió, ingresando
al mar, quedando convertidos, ella y su hijo en dos rocas, de aquí el origen de
las Islas de Pachacamac. Colérico, Coniraya regresa y encuentra con Irpawachac,
esposa de Pachacamac, quien criaba peces, los que cogió y los arrojó al mar,
siendo éste el origen mitológico de todos los peces que hay en el mar.


Leyenda de
Warirumo.-
Warirumo, fue un ser sobrehumano.
Cierta vez el curaca Chaupi de Huarochirí, formuló un pacto para que le
sirviera de mediador en la fijación de sus límites con los ayllus de San
Lorenzo, a lo que accediendo Warirumo se dirigió al lugar de “Shacshuna’, desde
donde orinando determinó los límites de ambos ayllus: San Lorenzo y Huarochirí.
Una prueba de este hecho, es que muchos de Huarochirí tenían tierras más allá
del río Mala, es decir hasta donde el gran Warirumo, alcanzó a orinar. En
recompensa Chaupi, le entregó el lugar de Mayama, explicándose también de este
modo las pertenencias de la comunidad de Llambilla en los terrenos de la
comunidad de Huarochirí.
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